La infidelidad…

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Una de las peores traiciones que experimentamos hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad; y generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad puede ser el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace mayormente porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que no encuentra en su pareja; al menos esta es la percepción y la justificación general.
La infidelidad no siempre sucede espontáneamente, con frecuencia hay diversos motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden mayormente, en que de una u otra forma, todas intentan satisfacer las carencias en la pareja:

  1. La persona se siente devaluada. Terminado el enamoramiento, (limeranza*) se enfrenta a la pareja real y se olvida a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan las expectativas individuales o las que se implantaron socialmente. Si la pareja abandona al otro centrándose sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo se relaciona con una persona distinta que lo haga sentir más valorado, la elegirá inconscientemente como nueva compañera(o). Principalmente para las mujeres, es muy importante sentirse bellas, deseadas y protegidas por su pareja. Si no se cumplen estos objetivos, siente una gran frustración y se devalúa su autoestima. Una forma de sentirse de nuevo atractivas y deseadas, es siendo cortejadas en una relación extramarital.
  2. La monotonía. Cuando uno de los miembros de la pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos el otro miembro, este siente que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y comienza a sentirse encadenado a pasar el resto su sus días en una relación que ha perdido su encanto. El matrimonio que generalmente se sumerge en la rutina y en el aburrimiento se viene abajo a causa de un encuentro con un intruso que llega y aborda con el misterio, encanto y riesgo de los que carece esa relación.
  3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si aun cuando se experimente un gran amor por la pareja, en la cama no encuentra nada excitante, se vengará teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque está enojado con su pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo sus fantasías sexuales.
  4. Dependencia emocional de los padres. Si la pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos o la familia, esta conducta infantil hace sentir sin su apoyo al otro miembro, y esta necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos los impulsa a buscar una relación extramarital.
  5. Busca nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento o la pasión y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados o emocionados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair. Lo prohibido fue, es y será uno de los más grandes incentivos para buscar emoción.
  6. Se idealiza a la pareja. Para continuar idealizando a la pareja, muchas veces se elige como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de “decente”.
  7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la parejas están de acuerdo en que se tengan relaciones extramaritales, porque son conscientes de que necesitan satisfacer las deficiencias que existen en ls propia relación o simplemente como un profundo entendimiento de la naturaleza humana, ya aceptan y participan de lo inevitable.
  8. Se amenazada la libertad. Cuando la pareja es asfixiante o se presenta el pavor a perder la independencia y quedar atrapados en una relación, intentará sentirse libre cometiendo actos de infidelidad.
  9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atraviesa la pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades o en algunos casos simplemente por placer como ya mencionamos anteriormente. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja.
Ahora bien, hasta ahora sólo hemos analizado algunas de las forma más usuales de ser “infiel”, pero existen otras maneras de establecer relaciones fuera del contexto de una relación estable. Para este objetivo clasificaremos a la infidelidad en tres grandes categorías por su duración/intensidad:

  • Tipo A: Infidelidad Ocasional.
  • Tipo B: Infidelidad Recurrente.
  • Tipo C: Infidelidad Permanente.

Cabe mencionar que aun cuando en ciertas frases pudiere parecer que se habla específicamente de un hombre o una mujer, la situación de ser infiel, no es privativa ni mayoritaria de un género en particular, independientemente de que así nos lo quieran hacer parecer en diversos contextos.

Infidelidad Ocasional (Tipo A).-
Es cuando la persona no presenta conciente ni subconscientemente motivación alguna más allá de un simple gusto por la diversidad. Es decir, el individuo infiel lo es simplemente por así convenir a sus gustos. Este tipo de infidelidad es exclusivamente física y se presenta generalmente en personas cuyo nivel de experiencia en la vida es más alto que el de la mayoría. No genera dependencia emocional hacia la persona objeto de deseo; y lejos de afectar negativa o destructivamente a la pareja, fortalece esta relación, por actuar como válvula descompresiva a situaciones de tensión generadas por la naturaleza misma de una relación fija. Generalmente se presenta con diferentes personas aunque en ocasiones bien establecidas de común acuerdo se puede presentar con una sola persona. No requiere de atención psicológica de pareja. Tiene su origen en el desfasamiento factorial*
Infidelidad Recurrente (Tipo B).-
Esta se presenta efectivamente como ya se mencionó anteriormente por carencias o descuidos de la pareja primaria. Uno de los miembros se ve forzado por la misma motivación de satisfacer necesidades no cubiertas por su pareja, ya sean afectivas, sexuales, intelectuales o cualquiera otra a buscar en otra persona como cubrir estas necesidades, sean reales o no. Este tipo de infidelidad si genera dependencia emocional y física. Es muy parecido a los efectos de una adicción propiamente. El miembro que se ve obligado a buscar fuera de la relación primaria lo hace con una sola persona (la/el amante) a la que este considera ciertamente tener las características necesarias para hacerlo feliz. Este tipo si requiere de atención psicológica de pareja. Y su estado si produce desequilibrio real en la estabilidad de la pareja primaria.

Infidelidad Permanente (Tipo C).-
Este tipo es el más destructivo. Se presenta ya no por antojo o necesidad no cubierta, sino por un conjunto de dependencias que generan en la persona que lo ejerce la sensación de seguridad en otro entorno alterno a la relación primaria. Ya no se contempla que existan necesidades no cubiertas, sino que se vive una doble realidad, donde la pareja que originalmente fungió como primaria, se convierta en la relación alterna sin notarlo. Muchas de estas relaciones no aparecen en la vida de las personas sino hasta después de la muerte. En este caso genera ya otro tipo de dependencias, la mayoría emocionales. Sin embargo, la relación alterna se convierte invariablemente en aquella que en un principio trato de aliviar. Se procrean, crían y educan otros hijos. Este tipo de infidelidad no requiere atención psicológica de pareja, ya que como tal no existe nada que rescatar, pero presenta una nueva necesidad de atender a sus miembros de forma individual, sobre todo a la pareja primaria, quien se verá fuertemente afectada.
RESUMEN
Por todo lo anterior, podemos resumir en lo siguiente: la infidelidad principalmente no es la causa sino el efecto de una disfunción en la relación de pareja. No obstante existen tipos o niveles de infidelidad que lejos de afectar a la pareja, la fortalecen; siempre y cuando se establezca abiertamente, de común acuerdo y de forma equitativa. Es una cuestión educativa y cultural al igual que todos lo elementos que hemos estudiado de las distintas etapas de la crisis de los 30 y todas las demás crisis por las que atravesamos tanto hombres como mujeres. Se origina en el síndrome de pertenencia que ya mencionamos en la parte de los celos y en el desfasamiento factorial*, ya que si aceptáramos como tal la naturaleza del ser humano y viviéramos inmersos en la realidad, no habría necesidad de prometer actitudes o sentimientos que difícilmente a lo largo de los años podremos cumplir con cabalidad. Y por lo tanto no se generarían las expectativas de exclusividad con las que hemos crecido. Estos son los hechos y debemos recordar que estos se alimentan de la realidad no de nuestras opiniones o creencias, por lo tanto el que estemos de acuerdo o no, no producirá cambio alguno ni en el origen ni en las consecuencias.
*Desfasamiento Factorial
Factores en la deformación de los procesos de comunicación interpersonal físico-afectiva en la pareja o Desfasamiento factorial.-
Proceso mediante el cual se localizan, se clasifican e interpretan los factores físicos y emocionales de la comunicación en la pareja y el factor que rompe y descompone este delicado equilibrio: el factor social. Este último genera una brecha comunicacional que contamina los procesos asertivos a los que una pareja podría acceder de manera natural y conciente.
H. Harrell (1987)