La verdadera esencia de "Dios"

Sé de antemano que lo que voy a expresar aquí puede herir la sensibilidad de ciertas personas, que creyentes acérrimas, se atan a una única verdad, mas no quiero que esto sea así, ya que mi reflexión no evoca a nadie a un cambio de religión sino que intenta abrir los ojos a otra forma de pensar diferente que puede llevar a admirar la vida desde un prisma distinto al que nos dictan las escrituras. De este modo pido perdón a todas aquellas personas que puedan sentirse heridas por mi escrito, un abrazo para todos.

El primer punto trata sobre la libertad del ser humano en referencia a la predestinación divina. Vivir la vida bajo el yugo del destino se hace muy pesado. Imaginad por un segundo que todo lo que hacemos está escrito, que todo afán que pretendemos se encuentra predeterminado, que cada amor que tomamos es solo un soplo de algo que ya se había cincelado en piedra… La imagen es espesa ¿verdad? Es triste, desoladora, espantosa, es simplemente irreal, ya que si hiciéramos caso a la predestinación divina nuestra vida no tendría valor, incluso los malos actos (muertes, asesinatos, robos, violaciones…) Podrían ser justificados por “acto divino”. Ahora tras esta breve reflexión os pregunto: ¿Creéis que realmente valdría la pena vivir una vida que ya está construida? Evidentemente la respuesta es NO, debemos vivir la vida a nuestro antojo siendo consecuentes con nuestras actuaciones y responsables de nuestro pensamiento. Solo de este modo podemos acceder a la LIBERTAD real.

En segundo término me gustaría abordar el siguiente punto: “El respeto a las normas divinas”. Estas normas, abanderadas por los mandamientos, son elementos que nos indican la virtud, el camino a seguir, la forma de convertirnos en unas personas de provecho. Pero si profundizáis un poco más en esta reflexión nos vendrá a la mente que todo nos los dan hecho, nos han marcado las líneas del “bien” y del “mal” sin contar con nosotros mismos; nos han dicho lo que debemos hacer sin reflexionar y esto nos avoca a una determinación oscura: “No creen que sepamos distinguir entre el bien y el mal”. Desde los comienzos de todas las religiones “determinadas personas” se han dedicado a marcarnos el camino que ellos creían correcto, el sendero que supuestamente “Dios” había escrito; pero nada más lejos de la realidad, “Dios” (ya sea cristiano, musulmán, budista, zoroastrista… o simplemente la naturaleza) nos ha capacitado de reflexión para que podamos discernir entre el bien y el mal, para que tengamos la capacidad de ver más allá de unos escritos que otros han elegido para nosotros.

Algunos argumentarán que necesitan esos mandatos porque de otro modo ¿Cómo sabrían si están actuando de un modo correcto? ¿Cómo van a estar a bien con “Dios”? Bien la respuesta es muy sencilla y clara, toda actuación que te proporcione un bien a ti mismo y a todos los que te rodean sin que con ello hieras a ningún otro, será correcta y por tal buena.

Para terminar os diré que “Dios” no necesita intermediarios de ningún tipo, que “Dios” está presente en cada instante de nuestra vida, que “Dios” no necesita que le confieses tus pecados porque ya los conoce, que “Dios” está dentro de cada uno de nosotros y forma parte de todo aquello que nos rodea. Recordad por último que la biblia solo es un compendio de relatos que “unos hombres” han creído que eran aceptables para esconder la verdad máxima…

“Quiebra un tronco y allí estaré yo… Levanta una Piedra y me encontrarás… ¡Qué se derrumben todas las construcciones de piedra! Porque “Dios” está dentro de ti…”

Evangelio de Santo Tomás (Supuestamente escrito por mano de Jesucristo, encontrado en los papiros del Mar muerto… Por supuesto la iglesia lo declara como herejía)

Un saludo fortísimo a todos.
¡¡¡REFLEXIONAD es el mayor regalo de “Dios”!!

José María Aranda Carmona.
Profesor en Educación y especialista en Filosofía.
http://arandapolitica.blogspot.com/