¡De la vida después de la muerte!



Seguro que más de una vez os habréis hecho estas preguntas:
– ¿Hay vida después de la muerte?
– ¿El alma transciende o muere con el cuerpo?
– ¿Existe la vida eterna?¿El alma vuelve a la “Tierra”?
– ¿Iré al cielo o al infierno?

Estas cuestiones nos las hemos planteado miles de veces, hemos reflexionado sobre ellas y hemos buscado respuestas en religiones, dioses, formas de vida… Ignorando la búsqueda que teníamos que iniciar, evitando el camino que debíamos recorrer, obviando que todo está dentro de nosotros.

Bueno, centrémonos en las cuestiones que hemos formulado al principio del artículo. Desde mi punto de vista y bajo mi reflexión –que por supuesto es única y no tiene porque ser cierta– voy a dar vida a este artículo, pero antes quiero que recordéis que nadie, ni religiones, ni curas, ni sacerdotes…, puede estar seguro de lo que ocurre tras la vida, aún así haré un esfuerzo para arrojar algo de luz a la oscuridad que envuelve a la muerte:

¿Hay vida después de la muerte? La pregunta es intríncada y dificil de responder, pero para dar “una respuesta fiable” voy a echar mano de nuestro amigo y gran ciéntifico Alberto Einstein, que formuló la siguiente declaración: “La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma”. Está claro que todo lo que somos, hacemos, percibimos y pensamos es energía; esta por tal no puede apagarse sin más cuando uno llega a su fin, no se puede consumir sino que se transforma. Este morfismo puede llevarnos a un cambio de estado donde “el alma” –llamémoslo como queramos– no puede desaparecer sin más, sino que pasaría a una forma diferente de vida.Por tal ¿existe vida después de la muerte? Mi conclusión es rotunda y definitivamente SÍ.

Continuemos con la siguiente declaración: ¿El alma trasciende o muere con el cuerpo? Parte de esta cuestión ha sido resuelta en la reflexión anterior, pero no es completa. La transcendencia del alma hace referencia a una vida “consciente” tras la muerte, aquí la inferencia tiene que ser mucho mayor, ya que no hay sustrato al que nos podamos atar, no hay nada a lo que acercarnos para afrontar esta cuestión. Pero creo que sí hay una vida consciente, pero no como nos la presentan las religiones, sino una vida en la cuál nosotros elegimos quién estará allí, que personas estarán en ese tiempo eterno, que circunstancias nos acompañarán…

¿Existe la vida eterna?¿El alma vuelve a la Tierra? En cierto modo ambas preguntas tienen una respuesta afirmativa, hay una vida eterna que se divide en dos partes, la que vivimos “físicamente” y la “extracorpórea”. La física es en la que nos encontramos ahora mismo, y la extracorpórea se puede definir como “la vida después de la muerte”. Como ya nos avisó Nieszthe, la vida es un continuo devenir, pero yo este devenir lo llevó a la vida, hacieno esta eterna.

¿Existe el cielo y el infierno? Bueno en cierto modo sí existen, pero no es un juicio final que nos hace un Dios que si quiera nos conoce, ese último juicio nos lo hacemos nosotros mismo. ¿Quién mejor que nosotros conoce todos nuestros actos y puede valorar la vida física como buena o mala…? Evidentemente nadie. Según este Juicio Final propio, la vida extracorpórea será apacible y enriquecedora o al contrario sufrida, dependiendo de lo que tú mismo decidas cuando te encuentres con tus propias acciones.

Quiero recordar una vez más que esta es mi interpretación de la vida después de la muerte, es propio y ni mejor ni peor que las que nos ofrecen las religiones… Simplemente más racional y justa.

¡¡¡¡¡¡¡¡REFLEXIONAD AMIGOS Y AMIGAS!!!!!!!!

José María Aranda Carmona.

Profesor de educación y especialista en filosofía.http://arandapolitica.blogspot.com/