Suicidio, una determinación seria y personal!!

Queridos amigos:
Hoy tengo el gusto de compartirles este artículo de una de las más grandes Tanatólogas a nivel internacional:  La Dra. Anji Carmelo, quién estará contribuyendo a nuestra página, incrementando con su experiencia ,  la luz, el amor y la verdad de quienes nos reunimos en este portal.
Por mi parte , Os doy gracias  querida Anji, por tu invaluable participación en este espacio hecho para todos nuestros hermanos que quieren mostrar su grandeza.
Mi corazón te abraza en la luz que eres!!

Suicidio, una determinacion seria y personal!!

Llevo trabajando con el duelo casi toda mi vida.  Primero mis duelos y luego ayudando con mi propia experiencia a toda persona que pudiera necesitarla.

Siempre hemos dicho que los duelos no se pueden comparar ya que cada uno va a vivir su pérdida de forma altamente personal como la más dolorosa, acentuando lo que necesita, que se desborda y alcanza parámetros jamás vividos.  Las circunstancias aunque suelen influenciar en el sufrimiento personal, raras veces van a amortiguarlo ya que para la persona que lo está viviendo, su pérdida es la peor y la más dolorosa siempre.

Sin embargo cuando la muerte ha sido repentina, escogida en su forma a través de una determinación tomada por la persona que se ha ido, los seres queridos que se quedan van a necesitar un apoyo y comprensión mayor.  Esto es debido a que las circunstancias que suelen rodear el hecho de que una persona se quite la vida voluntariamente pueden multiplicar las reacciones de dolor, incredulidad y culpabilidad y hacer más daño de lo normal.

En todos los sentidos esto puede desmontar tanto ya que uno de los factores de sufrimiento es nuestra posible implicación en la muerte de nuestro ser querido.  Lo que hicimos o no hicimos, dijimos o no dijimos será en estas muertes aún mayor causa de malestar insoportable.  El sentimiento de no habernos dado cuenta y así haber evitado el desenlace o la posibilidad de haber precipitado los acontecimientos por una negligencia o falta de previsión, serán otras razones para entrar en una culpabilidad casi obsesiva.

La culpa, que se desata después de cualquier pérdida suele ser total.  Entonces, si puede haber la connotación de haber sido aún más causantes, nuestro mal se multiplica tanto que muchas veces incluso no podremos ni empezar a pensar en cuanto.  Y si podemos no entrar porque es demasiado doloroso, mejor, ya que la realidad es otra.  Raras veces o casi nunca, los seres que querían a esa persona han sido causantes directos de esa decisión extremadamente personal.

Una circunstancia que multiplica aún más nuestro malestar son las actitudes y las connotaciones sociales.  Desafortunadamente, quitarse la propia vida aún está censurado y desaprobado por la sociedad y condenado por la iglesia.  Este factor tiene una influencia en las actitudes de los que nos rodean a veces real y otras veces imaginada por la persona que está haciendo su duelo.  Me explico…  Cualquier muerte va a ahuyentar a nuestras relaciones, amistades, familiares, ya que hay una primera reacción de querer alejarse del dolor del otro.  En el caso de un suicidio, este alejamiento puede ser interpretado por los que están sufriendo su pérdida, como un efecto de la forma en que murió y no como un reflejo normal ante la muerte en general.

Otro factor es que posiblemente, cuando nuestro ser querido se va por decisión propia, siempre vamos a creer que esa determinación fue la equivocada y las equivocaciones son difíciles de encajar.  Otro sentimiento es que tendría que habernos dado otra oportunidad para ayudarle seguir aquí y esta negación confirmada por su partida nos va a machacar una y otra vez.

Existen muchísimos factores, muchos ya muy personales y me es imposible entrar en ellos de forma generalizada.  Pero si me permitís quisiera haceros participes de unos sentimientos que fueron compartidos conmigo:

“Cuando alguien que quieres y más si es muy joven se suicida, una de las cosas que más  horroriza es pensar lo desgraciado y mal que se debería encontrar para tomar una determinación de este calibre, cuanto dolor generaba su cerebro en su mente para no poder soportarlo. Y si no estaba tan mal que sólo fue un impulso, que pena también ya que se hubiera podido evitar. En los casos de otras enfermedades el paciente y la familia luchan para conseguir una supervivencia; en el caso del suicidio el suicida no hace participe a la familia de su problema porque no quiere que nadie interfiera en su decisión, produciendo una sensación de frustración insoportable para la familia. Tampoco hemos tenido la posibilidad de la despedida, de mostrar todo el amor que sentíamos por él para que, aunque tomara esta decisión supiera que lo queríamos enormemente. Esto sucede también en las muertes repentinas, pero a diferencia de estas a nosotros nos queda el interrogante de ¿por qué lo hizo?¿podríamos haberlo evitado?¿cual era el diagnostico de su enfermedad? ¿y si se hubiera medicado?”

Interrogantes que superan nuestra capacidad de responder y cuyas respuestas se encuentran no es esta dimensión sino allá donde nuestro ser querido posiblemente se haya ido para encontrar las suyas propias, esas tan esenciales para su existencia aquí o mas allá de las estrellas.

Es importante tenerse en cuenta más y saber que se está pasando por una situación especial que necesita mucho cariño hacia esa decisión de nuestro ser querido.  También tendremos que minimizar las dramatizaciones del entorno y muchas veces ser nosotros los que les haga comprender que la decisión de ese ser que tanto queríamos y que seguimos queriendo ahora más que nunca, tiene que ser respetada aunque se nos haga, en la mayoría de los casos, imposible de entender.

Dra. Anji Carmelo