LOS NIÑOS DE 10…los niños término medio!!


Continuando con el tema de las escuelas; nos han llegado varios casos donde los padres de familia están muy preocupados por las calificaciones de sus hijos, por lo que me gustaría comentarles algo que es muy probable que desconozcan.

Después de saber en realidad la calidad de los conocimientos que son impartidos por norma oficial en nuestro país, y que sólo se elevan cuando las instituciones particulares enriquecen sus propios programas, vale la pena aclarar también que el rango de atención que es calculado en los programas oficiales de la SEP cada día es más estrecho. Es decir, que cada día el programa oficial sirve únicamente para cierto tipo de niños y cada vez quedan fuera de este rango más niños.

Antes, los niños con algún problema de aprendizaje, desarrollo cognitivo o habilidades motrices no podía acceder a la escuela regular, tenían que ir a escuelas “especiales”; el rango se amplió hace algunos años y hoy, por norma, estos niños, si no tienen un grado muy alto de afectación, deben asistir a escuelas regulares. Pero existe otro tipo de niños que también quedan fuera de este rango de atención pero en el sentido opuesto.

Estos niños nunca han podido ser atendidos en nuestro país, se trata de niños con capacidades diferentes a las que se enmarcan en el desarrollo de habilidades académicas únicamente. Niños que cuentan con un potencial enorme en otros tipos de inteligencias.

Recordemos que hoy, el hecho de sacar 10 en la escuela no significa, ni remotamente que ese niño sea “inteligente” o que por ello vaya a triunfar en la vida. De hecho, hoy sabemos que lejos de ser un aspecto positivo o una ventaja, las calificaciones de 10, sólo aseguran que ese niño está adaptado o adecuado al pequeño margen de atención de los programas oficiales. Es decir, es un excelente niño “termino medio”.

Aquellos niños que rebasan los márgenes de atención, son niños que traen otros talentos que la escuela tradicional no puede atender. Únicamente en países desarrollados existen instituciones donde estos niños pueden ir desarrollando estas habilidades que están directamente relacionadas con los otros 9 tipos de inteligencia…antes eran llamados niños “superdotados” o “niños genio”…hoy sabemos que son niños normales, pero que requieren de personal muy capacitado que evidentemente no tenemos todavía en nuestro país.

Quiero recordarles, que hace más de una década Howard Gardner publicó su estudio acerca de las 8 inteligencias, de ahí se agregaron un par de años más tarde la inteligencia financiera y la inteligencia emocional, por lo que hoy para poder etiquetar a un niño como “inteligente”, los padres y los maestros deben conocer exactamente de que se trata esto de la inteligencia, ya que en sus tiempos, sólo se le llamaba inteligente a quien sacaba buenas calificaciones.

Estos niños de “buenas calificaciones” hoy son excelentes empleados de los dueños de las empresas, que fueron niños de muy malas calificaciones. ¿Pero en que radica la diferencia entonces? En que existen habilidades para la vida que se adquieren de fuentes distintas a la escuela. Y no porque no sirva de nada estudiar, al contrario, pero cuando se motiva al alumno a aprender y a desarrollar competencias de conocimientos significativos, no cuando se le somete y se le sujeta a un programa oficial y menos como el que tenemos en México.

Tenemos instituciones extranjeras que abarcan un rango más amplio de atención de habilidades y conocimientos, pero siguen siendo muy costosas para la mayoría de la población, y aun así estas instituciones dejan sin atender otro tipo de inteligencias.

Seguimos atorados aun en pensar que cuando un niño se aburre en clase o se distrae con facilidad o no puede poner la atención que sus maestros le exigen, es un niño con “Déficit de Atención e Hiperactividad” (TDAH), que hoy cualquiera cree que puede diagnosticar.

Es tan común ver a los mismos papás o a los maestros que nos remiten estos casos, traerlos ya pre-valorados con un diagnostico positivo de que se trata de un niño “hiperactivo”, únicamente porque no pueden con él; aclaremos a los padres de familia que de cada 10 niños diagnosticados con síndrome de hiperactividad y déficit de atención únicamente es real uno. Los otros 9 sólo se trata de niños con mayores habilidades de las que sus padres o sus maestros poseen. Niños que jamás sacarán 10 en la escuela porque es demasiado aburrida para ellos, porque su capacidad va más allá pero mucho mas allá de lo que el programa oficial de la SEP establece para los niños normales, es decir, los que se encuentran dentro de la norma.

Y a todos los padres de familia que nos leen, una recomendación: por favor antes de regañar o golpear a sus hijos porque reprobaron una materia, primero asegúrense de no tener en casa a uno de estos niños a los que les queda chica la escuela…y ahí les dejo su tarea a los papás…

Psic. Hugo Harrell

Mujeres ejemplares…

Estimados amigos:

No quiero ser repetitivo, pero mi comentario en esta ocasión tiene que ver todavía con el día de la mujer, porque me han estado pidiendo que recomiende libros acerca de los temas que hemos presentado, por lo que cuando celebramos y conmemoramos a las mujeres en este mes de marzo; en mi anterior comentario hacía referencia a lo absurdo que resulta tener un día en especial para hacer lo que deberíamos hacer todos los días, sin embargo, vale la pena reflexionar en muchos asuntos que nos conciernen a todos pero con referencia especial a las mujeres.

Hoy quiero comentarles que hay tres mujeres que en especial han hecho importantes contribuciones al campo de la crítica hacia las mismas mujeres y que gracias a su agudeza, hoy en Latinoamérica hay muchas que han seguido su ejemplo de cambio y transformación acerca de las actitudes del sexo supuestamente “débil” y le han dado un nuevo enfoque a la verdadera feminidad.

Se trata de Esther Vilar, de Maitena Inés Burundarena mejor conocida como Maitena y de Jessica Kreimerman.

La primera, Esther Vilar es una mujer que en los 70´s se dio a conocer en México con su libro “El Varón Domado” y de ahí ha contribuido con una docena de obras igual de polémicas que incluso fueron motivo de amenazas de muerte que recibió en nuestro país, situación que corrobora que puso el dedo en la llaga en muchos sentidos, tanto en hombres, pero sobre todo en las mismas mujeres.

Este libro, El Varón Domado se ha traducido en más de 40 idiomas, pero vale la pena mencionar que en 1971, fue prohibido por la Secretaría de Gobernación y retirado de todas las librerías y bibliotecas del país sin que nadie pudiera hacer nada y menos en plena efervescencia de la lucha por el poder en aquella época de importantes movimientos sociales.

Pues hoy, pese a que ya han pasado 4 décadas de aquellos incidentes, El Varón Domado sigue teniendo una vigencia casi premonitoria, aunque ya hay muchas más mujeres que trabajan y que han contribuido de una manera muy importante a la economía del país, en cuestiones sociales y personales, el libro de Esther Vilar sigue colocando a la mujer en un sitio en el que la gran mayoría de las mujeres no les gusta estar….es decir, a cargo de su propia felicidad.

En cuando a Maitena, la historia no ha sido muy distinta, esta mujer también ha recibido fuertes críticas por parte, principalmente de las mismas mujeres, lo que la ha obligado a tener que cambiar varias veces de residencia. La particularidad de Maitena es la agudeza que plasma en sus caricaturas. Entre los críticos sociales más importantes de Latinoamérica y del mundo de habla hispana, se le considera como “la mamá de Mafalda” por la similitud de la visión del personaje de Quino.

Y por último, la Sra. Jessica Kreimerman, quien fue muy mencionada por su trabajo critico y periodístico en México hace algunos años y que precisamente por esta franqueza y capacidad, cruda en su análisis a nuestro sistema político y social en México, hoy se encuentra en este merecido reconocimiento.

A menos de un año después de su fundación, El periódico Reforma tuvo un primer gran logro periodístico. El 12 de septiembre de 1994, Jessica Kreimerman dio a conocer en la primera plana del periódico que el recién nombrado secretario de Educación Pública del gobierno zedillista, Fausto Alzati, ostentaba un doctorado en Harvard que no tenía. El escándalo culminó con la primera renuncia anticipada del gabinete zedillista, el cual aún ni siquiera tomaba posesión, y generó las primeras amplias sonrisas de satisfacción en el periódico.

De ella, un libro que se llama, “La vida en rosa y el príncipe azul” donde puedes darte cuenta de la agudeza y asertividad con que una mujer se puede comunicar.

Así pues, estas tres SEÑORAS (en toda la extensión de la palabra), son una muestra de que las mujeres no necesariamente están desprotegidas, sumisas y dependientes. Pero me parece que es aquí donde precisamente radica su problema; el trabajo que con sus obras, tanto Esther Vilar como Maitena o como Jessica Kreimerman, han compartido con el mundo, ha puesto en evidencia y ha dejado al descubierto que la mujer está muy lejos de ser ese ser “desvalido y frágil” que constantemente nos han querido hacer creer, sino que entre las mujeres se encuentran personas que no están dispuestas a cambiar su independencia por la comodidad de contar con alguien que decida por ellas y que ejerza su “poder de macho”, para darnos por nuestro lado como género, supuestamente dominante y conquistador.

Vale mucho la pena que quienes no conozcan el trabajo de estas tres mujeres fuera de serie, se acerquen a sus obras, muchas de ellas están en internet;  y comiencen a analizar y reflexionar acerca de porque hoy estamos tan desequilibrados tanto hombres como mujeres, para que en lugar de rescatar valores, como pretenden hacerlo los retrogradas conservadores, mejor estemos en posibilidades de crear nuevos valores que se ajusten a la realidad de nuestra vida actual y que con esta equidad podamos tener mejores familias y comencemos a disminuir los grandes problemas sociales que nacen de ella.

Hasta aquí mi comentario…estamos en contacto, saludos cordiales a todos!!!

Psic. Hugo Harrell

Continuamos con el amor…(parte II)

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Una vez definido lo que es el estado de “enamoramiento” podemos entonces continuar con este análisis. Hoy sabemos entonces que estar enamorado no es precisamente el mejor tiempo para tomar decisiones significativas, de hecho se recomienda que cuando uno es victima de alguna emoción, no se tomen decisiones importantes, ya que se corre el peligro de que como está sustentada en algo subjetivo y volátil, la decisión tomada con base en el supuesto “valor” que te da la sensación de la emoción, pues pierda fuerza o determinación una vez que la misma emoción pasa. Por ejemplo, cuantas veces una mujer que vive una situación complicada de pareja, cuando está muy afectada por la ira o la tristeza de algún evento inmediato, “decide” dar fin a esa situación, se arma de “valor” motivada por las emociones temporales de ese momento, pero cuando pasa esa emoción, ya la determinación o la decisión misma también se desvanece y lo que un día antes parecía tan sólido, al día siguiente ya no lo es tanto.
Es por esto que se recomienda que cuando se han de tomar decisiones vitales, se hagan cuando uno está libre de emociones, pero aquí es donde las personas ya no pueden decidir, porque les falta el valor o porque, sin la emoción que reviste el evento, ya no parece ser tan “grave” o “urgente” como pudiera parecer.
El amor siempre ha sido muy complicado definirlo y se polariza con mucha facilidad, por lo que no debemos sorprendernos si va desde los idealistas que le dan un sobrevalor exacerbado al punto de la fantasía publicitaria y cultural, como cuando afirman que “el amor mueve montañas” y cosas que en una novela o el día de San Valentín pueden funcionar perfectamente, pero que en la REALIDAD, ya no son ni remotamente aplicables. Y por el otro extremo están los fríos argumentistas, los que aseguran que “el amor no es más que una reacción bioquímica de ciertos neurotransmisores en el cerebro y que comer chocolate en grandes cantidades, proporciona el mismo efecto”.

Si lográramos centrar ambas visiones, lograríamos tener un concepto más real y aplicable, al menos para la gran mayoría de seres humanos, o por lo menos a aquellos que la cultura y el comercialismo de consumo no les haya afectado sus potenciales neurológicos de análisis.
Para aquellos que deseen entender un poco más de esto que estamos mencionando, les recomendamos que analicen y pongan en práctica la información que está contenida en la obra de Erich Fromm, El Arte de Amar, sobre todo la primera mitad, lo que se refiere al amor de pareja. Salgamos de ese 85.7% de mexicanos que no leen ni un solo libro al año. Inténtenlo, los libros no muerden.
Por otra parte la extraordinaria mujer, escritora y crítica periodista Jessica Kreimerman Lew, menciona que el amor en México es “Desgarrador, posesivo, celoso. Es reprimido. Es de borracheras y noches enteras de llanto desconsolador. Es patético, las parejas se forman con base en una unión de patologías, (la mía, la tuya, la nuestra) combinadas con las patologías familiares mutuas, las patologías culturales y las sociales. Y así y con los dedos cruzados para intentar formar familias sanas”.
Las típicas parejas mexicanas viven o esperan vivir bajo este guión familiar y junto con otros muchos supuestos que son dañinos para la salud psicológica y emocional. Es un camino recto al divorcio y al fracaso, utilizando a los hijos como pretexto, escudo, arma y seguridad para recibir una pensión alimenticia.
Gran parte de lo que estamos viviendo hoy en nuestro país, tiene que ver con nuestros antepasados de las cavernas, porque la evolución tecnológica se dio muchísimo más rápido que la evolución psicológica y emocional. Nuestros antecesores como mexicanos son los criollos del siglo XVI, que crearon una infraestructura política y social burocrática, rígida e injusta, racista, sexista, clasista, retrograda e intolerante.
Los conquistadores apachurraron a las culturas indígenas y las forzaron a aceptar su visión del mundo porque al mismo tiempo que usurparon el poder a los hombres conquistaron las vaginas y las matrices de sus mujeres. Los líderes del México prehispánico les regalaron sus mujeres a sus nuevos amos para que entre todos formaran una “raza cósmica”.
La mujer criolla tenía dos opciones en la vida, matrimonio o convento. Las dos incluyeron encierro porque había mucho miedo de contaminación ideológica. “Una buena chica blanca no saldrá a la calle a menos que tenga todas sus partes, púdicas o no, cubiertas y protegidas. La mujer oficial de los hombres se consolaba rezando en la iglesia, y tenían que aguantarse la invisibilidad, las ganas y las limitaciones que se derivan de su posesión. Mientras su hombre se satisfacía con aquellas mujeres que no eran consideradas como “puras”.
“México emerge de la red burocrática del Imperio Español antiguo. 500 años más tarde, los descendientes de esos criollos continúan inventándose títulos de alcurnia y todavía clasifican a sus mujeres jóvenes en dos grupos básicos: con las que se pueden casar y con las que pueden practicar sus prohibiciones sexuales. A sus madres y hermanas que nadie las toque…y literalmente nadie las toca”
La mayoría de las costumbres de conducta de la sociedad mexicana, fueron establecidas hace 500 años por gente que ya está muerta hoy y que se aterrorizaba con la idea de las diferencias del otro.
En tiempos de los aztecas y la magna Tenochtitlán, el resto de las tribus rendían culto a los emperadores, y hoy la provincia mexicana ofrece trabajadores baratos, sus mejores frutos y los recursos de sus tierras, y el repudio hacia los chilangos que son odiados pero respetados, igual que hace más de 5 siglos.
La ciudad es atractiva hoy en día para los jóvenes provincianos, pese a todo y porque hay algunos con espíritu libre, que prefieren el smog y las broncas del D.F. al sofocante aire social represor pseudo-santificado de doble moral que tienen que respirar en su pueblo.
Las mujeres no mucho tiempo atrás se casaban para que alguien las mantuviera y los hombres se casaban para poder tener relaciones sexuales. Hoy esas razones tienen poco menos peso y esto ha dado como resultado una población flotante de solteros y solteras que buscan otras cosas en sus relaciones íntimas y emocionales.
“El general ruso Aleksandr Lebed jefe de seguridad del Kremlin sugirió en julio de 1996 que se vetara a las telenovelas de Televisa en la ex Unión Soviética por considerarlas como una amenaza a la seguridad psicológica de sus pueblos”. Las masas populares mexicanas siguen los melodramas de las telenovelas porque no pueden enfrentar los propios.
Por ejemplo: La boda de Lucero y Mijares tuvo mucho más raiting que cuando mataron a Colosio. La razón, la historia de “amor” de cuento de hadas que te presenta Televisa para venderte la idea de que el amor es así, mágico y eterno. Las telenovelas dictan las costumbres y pautas de comportamiento para el cotidiano mexicano.
El 83% de la clase baja se ve atrapado en las historias de las telenovelas, el resto de los pobres no tienen televisión. Hoy, el porcentaje de la clase media no se puede medir porque dependerá del tiempo disponible para dejarse atrapar por las opciones de Televisa y TV Azteca, pero las razones serán las mismas, mejor veo como sufren otros y trato de pensar como se “resolvería” en lugar de ponerme a potenciar mis opciones para solucionar mis propios conflictos.
Una telenovela exitosa las ven diariamente más de 60 millones de personas en México, y 120 millones en el extranjero. 200 capítulos de una hora suman 60mil millones de horas espectador. Si un comercial de 20 segundos está comprobado que tiene un gran impacto en la sociedad ¿Qué efectos pudiera llegar a causar esta cantidad de horas-espectador?
Pero como bien lo decía el Papa Paulo IV: “Populus vult decipi, decipiatur…” (Si el pueblo quiere ser engañado, que sea engañado).
Y me despido con la célebre frase de Kreimerman: “El machismo es como un antidiarréico que toman los hombres para no cagarla en público”, de su obra: La vida en rosa, el príncipe azul, mujeres y amor en México, (Global Entertainment, 1997).
Continuara…

La infidelidad…

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Una de las peores traiciones que experimentamos hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad; y generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad puede ser el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace mayormente porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que no encuentra en su pareja; al menos esta es la percepción y la justificación general.
La infidelidad no siempre sucede espontáneamente, con frecuencia hay diversos motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden mayormente, en que de una u otra forma, todas intentan satisfacer las carencias en la pareja:

  1. La persona se siente devaluada. Terminado el enamoramiento, (limeranza*) se enfrenta a la pareja real y se olvida a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan las expectativas individuales o las que se implantaron socialmente. Si la pareja abandona al otro centrándose sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo se relaciona con una persona distinta que lo haga sentir más valorado, la elegirá inconscientemente como nueva compañera(o). Principalmente para las mujeres, es muy importante sentirse bellas, deseadas y protegidas por su pareja. Si no se cumplen estos objetivos, siente una gran frustración y se devalúa su autoestima. Una forma de sentirse de nuevo atractivas y deseadas, es siendo cortejadas en una relación extramarital.
  2. La monotonía. Cuando uno de los miembros de la pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos el otro miembro, este siente que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y comienza a sentirse encadenado a pasar el resto su sus días en una relación que ha perdido su encanto. El matrimonio que generalmente se sumerge en la rutina y en el aburrimiento se viene abajo a causa de un encuentro con un intruso que llega y aborda con el misterio, encanto y riesgo de los que carece esa relación.
  3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si aun cuando se experimente un gran amor por la pareja, en la cama no encuentra nada excitante, se vengará teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque está enojado con su pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo sus fantasías sexuales.
  4. Dependencia emocional de los padres. Si la pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos o la familia, esta conducta infantil hace sentir sin su apoyo al otro miembro, y esta necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos los impulsa a buscar una relación extramarital.
  5. Busca nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento o la pasión y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados o emocionados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair. Lo prohibido fue, es y será uno de los más grandes incentivos para buscar emoción.
  6. Se idealiza a la pareja. Para continuar idealizando a la pareja, muchas veces se elige como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de “decente”.
  7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la parejas están de acuerdo en que se tengan relaciones extramaritales, porque son conscientes de que necesitan satisfacer las deficiencias que existen en ls propia relación o simplemente como un profundo entendimiento de la naturaleza humana, ya aceptan y participan de lo inevitable.
  8. Se amenazada la libertad. Cuando la pareja es asfixiante o se presenta el pavor a perder la independencia y quedar atrapados en una relación, intentará sentirse libre cometiendo actos de infidelidad.
  9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.

La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atraviesa la pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades o en algunos casos simplemente por placer como ya mencionamos anteriormente. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja.
Ahora bien, hasta ahora sólo hemos analizado algunas de las forma más usuales de ser “infiel”, pero existen otras maneras de establecer relaciones fuera del contexto de una relación estable. Para este objetivo clasificaremos a la infidelidad en tres grandes categorías por su duración/intensidad:

  • Tipo A: Infidelidad Ocasional.
  • Tipo B: Infidelidad Recurrente.
  • Tipo C: Infidelidad Permanente.

Cabe mencionar que aun cuando en ciertas frases pudiere parecer que se habla específicamente de un hombre o una mujer, la situación de ser infiel, no es privativa ni mayoritaria de un género en particular, independientemente de que así nos lo quieran hacer parecer en diversos contextos.

Infidelidad Ocasional (Tipo A).-
Es cuando la persona no presenta conciente ni subconscientemente motivación alguna más allá de un simple gusto por la diversidad. Es decir, el individuo infiel lo es simplemente por así convenir a sus gustos. Este tipo de infidelidad es exclusivamente física y se presenta generalmente en personas cuyo nivel de experiencia en la vida es más alto que el de la mayoría. No genera dependencia emocional hacia la persona objeto de deseo; y lejos de afectar negativa o destructivamente a la pareja, fortalece esta relación, por actuar como válvula descompresiva a situaciones de tensión generadas por la naturaleza misma de una relación fija. Generalmente se presenta con diferentes personas aunque en ocasiones bien establecidas de común acuerdo se puede presentar con una sola persona. No requiere de atención psicológica de pareja. Tiene su origen en el desfasamiento factorial*
Infidelidad Recurrente (Tipo B).-
Esta se presenta efectivamente como ya se mencionó anteriormente por carencias o descuidos de la pareja primaria. Uno de los miembros se ve forzado por la misma motivación de satisfacer necesidades no cubiertas por su pareja, ya sean afectivas, sexuales, intelectuales o cualquiera otra a buscar en otra persona como cubrir estas necesidades, sean reales o no. Este tipo de infidelidad si genera dependencia emocional y física. Es muy parecido a los efectos de una adicción propiamente. El miembro que se ve obligado a buscar fuera de la relación primaria lo hace con una sola persona (la/el amante) a la que este considera ciertamente tener las características necesarias para hacerlo feliz. Este tipo si requiere de atención psicológica de pareja. Y su estado si produce desequilibrio real en la estabilidad de la pareja primaria.

Infidelidad Permanente (Tipo C).-
Este tipo es el más destructivo. Se presenta ya no por antojo o necesidad no cubierta, sino por un conjunto de dependencias que generan en la persona que lo ejerce la sensación de seguridad en otro entorno alterno a la relación primaria. Ya no se contempla que existan necesidades no cubiertas, sino que se vive una doble realidad, donde la pareja que originalmente fungió como primaria, se convierta en la relación alterna sin notarlo. Muchas de estas relaciones no aparecen en la vida de las personas sino hasta después de la muerte. En este caso genera ya otro tipo de dependencias, la mayoría emocionales. Sin embargo, la relación alterna se convierte invariablemente en aquella que en un principio trato de aliviar. Se procrean, crían y educan otros hijos. Este tipo de infidelidad no requiere atención psicológica de pareja, ya que como tal no existe nada que rescatar, pero presenta una nueva necesidad de atender a sus miembros de forma individual, sobre todo a la pareja primaria, quien se verá fuertemente afectada.
RESUMEN
Por todo lo anterior, podemos resumir en lo siguiente: la infidelidad principalmente no es la causa sino el efecto de una disfunción en la relación de pareja. No obstante existen tipos o niveles de infidelidad que lejos de afectar a la pareja, la fortalecen; siempre y cuando se establezca abiertamente, de común acuerdo y de forma equitativa. Es una cuestión educativa y cultural al igual que todos lo elementos que hemos estudiado de las distintas etapas de la crisis de los 30 y todas las demás crisis por las que atravesamos tanto hombres como mujeres. Se origina en el síndrome de pertenencia que ya mencionamos en la parte de los celos y en el desfasamiento factorial*, ya que si aceptáramos como tal la naturaleza del ser humano y viviéramos inmersos en la realidad, no habría necesidad de prometer actitudes o sentimientos que difícilmente a lo largo de los años podremos cumplir con cabalidad. Y por lo tanto no se generarían las expectativas de exclusividad con las que hemos crecido. Estos son los hechos y debemos recordar que estos se alimentan de la realidad no de nuestras opiniones o creencias, por lo tanto el que estemos de acuerdo o no, no producirá cambio alguno ni en el origen ni en las consecuencias.
*Desfasamiento Factorial
Factores en la deformación de los procesos de comunicación interpersonal físico-afectiva en la pareja o Desfasamiento factorial.-
Proceso mediante el cual se localizan, se clasifican e interpretan los factores físicos y emocionales de la comunicación en la pareja y el factor que rompe y descompone este delicado equilibrio: el factor social. Este último genera una brecha comunicacional que contamina los procesos asertivos a los que una pareja podría acceder de manera natural y conciente.
H. Harrell (1987)

Breve análisis de la Limeranza…en segundo lugar

Hace unos días me pidieron que escribiera algo acerca de las relaciones de pareja, pero no encontraba algún tema que me llamara la atención más allá de lo que habitualmente ya se dice con referencia a las relaciones interpersonales de carácter emocional.

Pero durante una reunión de trabajo con unos compañeros en un restaurante de esos que cierran tarde, se tocó un tema que por el furor que despertó en aquel momento, pensé que pudiera ser la respuesta a esta petición inicial.

Un amigo cuyo nombre quedará en el anonimato, comenzó a hablar acerca de por qué no se había casado y sus compañeros le hacían burla y referencia a lo “mujeriego” que describía su fama que era. Mi amigo X tiene 34 años y un largo camino recorrido en cuanto a relaciones fugaces.

Nos comentaba que sus papás llevaban muchos años de casados y que él admiraba la forma tan apasionada y amorosa con que aun su padre observaba a la madre durante el desayuno en una ocasión, y que él añoraba poder llegar a tener una relación así y que por “lógica”, no podría darle el valor a una mujer (así como su padre a su madre), hasta que él no estuviera seguro de “estar enamorado” de su pareja y el sintiera que era la “correcta”. Así comenzó la noche.

Se desarrollo el tema por varias horas y su servidor únicamente observaba y callaba, que es lo más sabio que un ESM puede hacer en estos casos (y en todos, mientras las partes no definan las condiciones de trabajo) hasta que mi amigo X pone el comentario sobre la mesa: “A ver, Hugo nos ha estado observando y no ha dicho ni una sola palabra…tu eres el “experto” en estas cosas, tú ¿qué opinas…?” mi respuesta es automática para estos casos, y les expliqué que habitualmente yo no puedo opinar, a menos que me sea requerida una opinión o mejor dicho una percepción de carácter profesional, pero también les aclaré que si estaban seguros de querer escuchar mi comentario, a lo que ellos insistieron dos veces afirmando que sí. Así que como decía mi abuela, “Sobre aviso no hay engaño”.

Comenté que la situación del amor tan profundo que hoy se profesan sus padres, no es obra del amor per sé, que no es el amor (propiamente como la gente lo interpreta) el que logra que dos personas vivan, convivan, se toleren, se entiendan, se respeten, se acepten y todo lo que conlleva tener una relación de tantos años, sino que es al revés, la forma en que logran comunicarse, ceder, aceptar, comprender, tolerar, etc. Es lo que hace que nazca el amor. Que el amor, no es el principio de una relación, que son varios factores culturales y educativos, los que le hacen creer a las personas que es el amor el que logra hacer todo esto, pero que en realidad, con un adecuado plan de relación, entonces se puede alcanzar ese estado real de amor, pero esto sólo se logra cuando la pareja ha vivido una serie de experiencias que los unen en una relación de amor, el amor constructivo, pero que este llega con los años. Y que los que los une al principio son más bien una serie de expectativas y necesidades, que deseamos que la pareja que aceptamos o elegimos nos satisfaga. Es la necesidad de tener apoyo de algún tipo, desde protección afectiva, contacto sexual, compañía, salvo conducto para cambiar de vida, seguridad económica, en fin, tantas razones como personas hay en el mundo.

Por la expresión en los rostros de los presentes puede darme cuenta que no habían entendido ni una sola palabra. Pero debía aceptar mi responsabilidad de haber abierto mi bocota y ahora debía continuar hasta lograr que el mensaje fuera entendido.

“A ver, creo que fui demasiado rápido, vamos desde el principio”. Lo que las personas en nuestra cultura interpretamos como “estar enamorados” no es sino un conjunto de patologías que hacen que perdamos perspectiva sobre una relación afectiva. Dejamos de ser objetivos porque nuestra atención se centra en enaltecer las “virtudes” de nuestra pareja y se sobreesfuerza por ocultar o minimizar sus “defectos” (ambos términos entre paréntesis, porque también son conceptos relativos) para logra que la persona que está en ese momento, se pueda convertir en lo que queremos que se convierta, o en lo que pensamos de debería ser; pero jamás aceptamos a las personas tal y como son.

Podemos pasar toda una vida tratando de cambiar a nuestra pareja, en alguna ocasión debimos haber escuchado pro ahí que “el amor lo puede todo” “que el amor mueve montañas” y ese tipo de frases romanticóides que no hacen más que confundir la realidad y llenar los bolsillos de los sistemas de consumo comercial. OJO: no estoy diciendo que el amor no exista, al contrario, le estamos dando mayor peso, su peso real y especifico; aquí lo único que queremos comentar es que aunque ese amor es tan fuerte como para lograr cosas increíbles, no es el “amor” que la gente cree que experimenta en los comienzos de una relación afectiva con una persona que generalmente no conoce, o peor aún, que cree que conoce, pero que al poco tiempo termina incluso, dedicando su vida entera, a tratar de convertir o transformar a esa persona en algo que jamás será: otra persona. A este fenómeno social se le conoce como Limeranza.

Dice uno de tantos autores que han hablado del tema durante varias décadas que la Limeranza según D. Murphy es: “La sensación de “amor” originado y regulado por esquemas culturales y/o educacionales, creando falsas expectativas de una relación de pareja donde se exageran las virtudes y se ignoran deliberadamente los defectos. En este estado paranoide disfuncional, las personas “creen” tener la fuerte sensación y certeza de querer mucho a otra, y que este sentimiento provocará cambios favorables de actitud o de conducta en la pareja. Esperan ser correspondidos en cantidad y forma de igual manera a como ellos mismos les parece que actúan. Colocan su integridad personal  y autoestima en la voluntad y el estado de ánimo del otro.  Culturalmente en un nivel comercial, este concepto es ampliamente difundido por los medios masivos de comunicación  como “estar enamorado””.

En otro concepto I. Radbruch comenta: “Estado paranoide disfuncional donde un sujeto pierde la objetividad sobre una relación afectiva. El sujeto limerante suele sobrestimar a su pareja de manera simultánea con la perdida o disminución de la autoestima si la pareja no corresponde de la forma deseada. En este trastorno transitorio, el sujeto es incapaz de darse cuenta que su estado de “normalidad” se encuentra alterado. Culturalmente conocido como “enamoramiento” afecta indistintamente a todos los sujetos independientemente del género o preferencias”.

Tratemos entonces, primeramente de analizar a conciencia estos términos y una vez que hayamos logrado comprenderlos a profundidad, estaremos en posición de continuar con todo lo que se expuso aquella noche, de otra manera únicamente generaremos otra discusión sin que todos los que intervienen tengan lo conocimientos o la fundamentación teórica o práctica para participar. Lo importante de esta sección es que todos aprendamos a ser más felices, independientemente de lo que esto signifique para cada uno, el objetivo es el mismo; así que considero que debemos ir con calma y por partes para evitar lo que nos caracteriza como mexicanos, esa capacidad guajira de pensar que podemos discutir de salud bucal con un odontólogo. O evitar lo que comentaba una de las personas que estaba esa noche en la discusión: “estas mal” –expresó-cuando sus entrañas le habían comenzado a hacer corto circuito cuando se confrontó con las causas de sus fracasos emocionales. Así que mejor nos vamos con calma. Como en las series de televisión…Continuará…

Psic. Hugo Harrell