La Navidad ante la pérdida de un ser querido.

Enciendo una hermosa vela en mi escritorio para inspirarme y poder transmitir en palabras lo que sólo el corazón sanado es capaz de insuflar en el corazón roto, tras pedirme mi amiga Alma un artículo sobre navidad y duelo.
Ningún duelo tiene comparación, así cómo ninguna Navidad se puede comparar con las pasadas en vida de nuestros ángeles del azul.
Ante la pregunta de, ¿Cómo podemos pasar mejor este duro trance navideño? No hay una sola respuesta, ya que dependiendo del tiempo transcurrido y de la estructura de nuestra psique, hay infinitas formas de expresar y vivir el dolor.
Las emociones, están en la naturaleza humana para llevarnos a la acción. Toda emoción al pasar por nuestras mentes de manera repetitiva, terminan por producirnos los sentimientos y depende las circunstancias positivas o negativas de cómo interpretamos esas emociones, nos producirán más rechazo o aceptación, demostrándonos cuan condicionados vivimos por nuestro aprendizaje cotidiano.
¿Para qué hablar de todo esto? Simple. En el duelo seguimos los patrones que hemos aprendido de nuestros familiares, de la sociedad, de la religión y en última instancia depende de nosotros mismo el transformar todo esto para poder seguir adelante, dejando el sufrimiento innecesario, para renacer a la vida con la fuerza que el recuerdo sano trae al momento presente.
Todos sabemos las fases del duelo, ya sea por búsqueda propia o por guía ajena, pero este orden de sanación, no acelera la sanación de un día para otro, sino que la clarifica y reconduce.
La sanación depende de nuestra propia responsabilidad por salir adelante, por nuestra propia capacidad de fluir en armonía con nuestro ser interno, con la esencia que pone orden en lo físico, mental y espiritual, que cayó en el caos después de la perdida.
La Navidad es un acontecimiento de doble filo, por una parte nos impele hacia el compartir y disfrutar entre los vivos, y por otra, a llorar y a extrañar a los que pasaron a un plano superior.
Dicen que la virtud está en el término medio y así debe ser. Sólo el Amor logra unir ambos extremos. Sólo el Amor logra elevar nuestra tasa vibratoria para comulgar con nuestros seres queridos y sacar fuerzas para que nuestras sonrisas, dejen atrás la culpabilidad que impone el duelo y sirvan para enjugar lágrimas de agradecimiento por el tiempo vivido y el Amor compartido, que ahora se multiplica entre todos los que lo necesitan.
En cada abrazo, en cada mirada llena de amor por el necesitado, en cada suspiro por los que sufren, está la llama de nuestro ser transcendido que nos impulsa a sacar lo mejor de lo recibido en vida, para que su memoria y nuestra conexión espiritual, nos llenen también en Navidad, del mayor lazo que jamás el hombre pudo soñar para transmutar el dolor; el Amor incondicional a la vida y al servicio a los demás, empezando siempre por los más cercanos y llegando allí donde la providencia divina nos guie.
Así es la Navidad, un momento de recordar, de volver a pasar por el corazón nuestro amor por los que nos observan con su más dulce sonrisa detrás del cristal de la copa del brindis eterno. No tengamos reparo en brindar por ellos en Navidad, son parte integrante de nosotros, de toda la familia y aunque como humanos, lágrimas surquen nuestro ser al alzar la copa, veamos con cada lágrima de pureza derramada, un paso adelante en el desahogo del Alma, en la liberación del dolor y en la unión sincera con la esencia que a todos nos une.
La Navidad es el tiempo de celebrar la llegada del Mesías, la llegada de la Luz, el triunfo de la Luz contra la Oscuridad. Cojamos su verdadero sentido místico, para así armonizarnos con la hermosa energía que inunda la tierra, para que nos ayude al nacimiento de nuestra Alma reforzada por vínculos que el tiempo y el espacio nunca separaran.
La oscuridad normal y necesaria de las primeras etapas del duelo, dará paso a la Luz nacida de la transformación voluntaria, de la toma de consciencia individual, del Amor compartido con los demás, que es fiel reflejo del Amor por nuestros seres queridos del Azul.
Todo esto no son meras palabras bonitas, son la experiencia de miles de personas que en Navidad han logrado elevar sus copas hacia lo alto y brindar con todos, todos, los seres amados allí donde estén!!!
Deseo de todo corazón que el espíritu Crístico que inunda la humanidad en estas fechas, os llene de toda la Paz, Armonía y Amor necesarios en el camino de regreso a la Unidad y que la acción que las emociones provocan en nosotros, sean dirigidas hacia la consecución de la Paz del Alma que sana a todo corazón.
Alzo mi copa por todos nosotros, por nuestros seres del azul y por el Amor que nos une a ellos!! Bendiciones mil en estas fechas especiales!!
Vuestro amigo, Guillermo J. Recourt.

Duelo, entre la pena y la compasión.

Este post es un resumen de mi última conferencia sobre Duelo y que intenta explicar las diferencias y distintos matices que hay desde la Pena hasta la Compasión.
Etimológicamente, pena deriva de poena, que significa compensación o multa, y posee una connotación de dolor causado por un castigo. De hecho, ante la desgracia solemos preguntarnos ¿Qué habré hecho yo para merecer esto?
Cuando decimos, que pena me da esta persona, hay sólo un prejuicio personal sin apenas implicación emocional, hay una enorme distancia entre lo observado y el observador, es una sensación lastimera de un mal que percibimos. En la lámina, encontramos la pena en la parte superior, cómo dos círculos alejados.
Podríamos decir que es una reacción pasajera, donde toda nuestra acción se traduce en verbalizar el dolor que podemos ver. El doliente siente a esta persona distante y fría, pese a poder estar dándole un abrazo. Luego veremos la importancia de la coherencia del corazón en todo esto.
El doliente, también puede sentir pena o lástima de sí mismo, sobre todo en las primeras etapas, donde hay un shock post-traumático y él mismo se aísla de sus emociones para evitar el dolor, y si este aislamiento dura mucho, se puede convertir en un duelo patológico.
Entre la pena y la compasión está la empatía, resumiendo mucho, ya que en la charla hablo también de la lástima, la simpatía y la misericordia entre otras.
En la empatía hay un acercamiento entre las personas, se produce una identificación mental y afectiva de la persona con el estado de ánimo del otro.
Suele haberse pasado por una serie de experiencias comunes, y entendemos cómo se siente esta persona. La entendemos y la aceptamos tal cual es, hablamos el mismo idioma y eso nos hace más fácil la comunicación.
En el duelo la Empatía surge al relacionarnos con la gente que queremos y nos quieren, en una primera fase. Compartimos el dolor con los que conviven con nosotros y sienten la misma pérdida, respetando y acercándonos a los distintos puntos de vista.
Los sentimientos compartidos, nos liberan poco a poco de nuestra angustia vital y el cariño vivifica poco a poco, nuestro vacio interior, transformándolo en recuerdo feliz, no exento de caídas emocionales en determinados momentos, normales en todo proceso de perdida.
Los corazones de estas personas vibran muy cerca y los grupos de apoyo son la expresión más significativa de esta hermosa realidad. En la lámina, apreciamos en la parte inferior, cómo los círculos, las auras humanas se están tocando, pero no acaban de fundirse, cada uno en el fondo, entiende al otro, pero ninguna abandona su dolor por el del otro.
Llega el momento de hablar de lo que sólo se puede experimentar y donde las palabras, sólo son las pinceladas del cuadro que quiere reflejar lo que vive el pintor.
La Compasión es un sentimiento humano que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión describe el entendimiento del estado emocional de otro, y es con frecuencia combinada con un deseo de aliviar o reducir su sufrimiento.
La compasión conecta la razón con el corazón y la empatía la razón con la emoción, en una sentimos en la otra comprendemos, en una nos damos en la otra recibimos, en una amamos en la otra empatizamos.
La compasión la vemos reflejada en la vesícula piscis, la unión de dos círculos unidos por su centro, por su corazón, en ella las auras del las personas están unidas, corazón con corazón, centro a centro y el dolor es uno y las ganas de ayudar a sanar es captada por las dos personas… la coherencia del corazón, nos demuestra que el campo magnético del corazón se extiende varios metros alrededor del cuerpo y el campo magnético del cerebro, sólo unos pocos centímetros, esta vibración es captada por cualquier ser humano y nos ayuda a comprender ciertas reacciones a pesar de las apariencias.
Cuando las auras están cerca, pero separadas como en la empatía, aparece, el símbolo del infinito, que podríamos interpretar, como una distancia infinita entre los dos corazones, a pesar que la empatía está presente… pero cada uno sigue en su propio “terreno emocional” no hay comunicación interna y los corazones no vibran al unísono como sucede con la coherencia del corazón. La empatía piensa, la Compasión actúa sin pensar, socorre sin pensar.
La empatía utiliza las emociones junto a la razón, la compasión utiliza la emoción trascendida por el Amor… dejamos la emoción visceral y la transformamos por vía cardiaca en verdadera caridad, en verdadera compasión en verdadero Amor Sanador.
La compasión transforma el sufrimiento, el propio doliente que recibe y percibe el verdadero Amor impersonal, venga de quien venga, empieza a tener verdadera compasión por sí mismo, poniendo así la primera piedra de la verdadera transformación hacia una vida plena, diferente al pasado, pero llena de la certeza que el Amor transciende lo físico y nos acerca a lo espiritual.
Este acercamiento, se traduce con el tiempo en un darnos a los demás, en Amar todo con la fuerza de llevar dentro a todos nuestros familiares, allí donde estén, porque la intuición que abre el Amor, abre un hilo invisible con nuestros seres del azul…
Deseo de corazón que la Compasión nazca en cada uno de nosotros, para poder darla tan fielmente, como el Amor que nos la dio por primera vez.
Vuestro amigo, Guillermo J. Recourt.

Pulso Social presenta: Cáncer de Mama!!

Queridos amigos:

En este mes de Octubre, nos unimos especialistas, medios, instituciones y la iniciativa privada en una campaña Internacional  para la concientización del cáncer de mama.

Aunque los tratamientos son cada día más exitosos en la curación del cáncer,  es indispensable enseñar  una cultura de salud, no sólo a través de la prevención, sino de la educación, ya que  a pesar de los esfuerzos de las Instituciones sanitarias,  siguen aumentado las cifras de nuestras mujeres que mueren por este tipo de cáncer.

Es por ello, que hoy aprovecharemos  la gran oportunidad que nos ofrecen los medios de comunicación para llegar a nuestra comunidad y la ventaja de  los medios cibernéticos para romper fronteras y llegar a paises hermanos,  así  tendremos un encuentro para compartirles desde lo humano y lo profesional cómo acompañar a una mujer y a la famila que estén viviendo por una situación de cáncer y conocerán testimonios valiosos de mujeres que quieren compartir su proceso de sanación y autodescubrimiento.

Así que este 17  y 24 de Octubre estaré acompañando a una gran Periodista Ana Patricia Valay, junto con otros invitados  en su nuevo programa “Pulso Social” quién dará voz a la mujer doliente que requiere más que un “echale ganas,  tú puedes, todo estará bien, eres una guerrera,…” que se le devuelva el respeto, la autonomía, la dignidad, la confianza y la fe para sanar!

Recordemos que:

” Una mujer con cáncer ,  representa también a una familia que sufre y una Sociedad que llora”
No las dejemos solas…!!

Escuchalo on-line en el siguiente link: http://kdhksandiego.com/

Pulso Social presenta: Cáncer de Mama!!

Queridos amigos:

En este mes de Octubre, nos unimos especialistas, medios, instituciones y la iniciativa privada en una campaña Internacional  para la concientización del cáncer de mama.

Aunque los tratamientos son cada día más exitosos en la curación del cáncer,  es indispensable enseñar  una cultura de salud, no sólo a través de la prevención, sino de la educación, ya que  a pesar de los esfuerzos de las Instituciones sanitarias,  siguen aumentado las cifras de nuestras mujeres que mueren por este tipo de cáncer.

Es por ello, que hoy aprovecharemos  la gran oportunidad que nos ofrecen los medios de comunicación para llegar a nuestra comunidad y la ventaja de  los medios cibernéticos para romper fronteras y llegar a paises hermanos,  así  tendremos un encuentro para compartirles desde lo humano y lo profesional cómo acompañar a una mujer y a la famila que estén viviendo por una situación de cáncer y conocerán testimonios valiosos de mujeres que quieren compartir su proceso de sanación y autodescubrimiento.

Así que este 17  y 24 de Octubre estaré acompañando a una gran Periodista Ana Patricia Valay, junto con otros invitados  en su nuevo programa “Pulso Social” quién dará voz a la mujer doliente que requiere más que un “echale ganas,  tú puedes, todo estará bien, eres una guerrera,…” que se le devuelva el respeto, la autonomía, la dignidad, la confianza y la fe para sanar!

Recordemos que:

” Una mujer con cáncer ,  representa también a una familia que sufre y una Sociedad que llora”
No las dejemos solas…!!

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