El Cáncer

Este artículo se va a salir del cerco filosófico que normalmente encuadra mis escritos, pero lo justifico por la demanda que la doctora Socorro Ceja (México) me ha hecho. De igual modo la temática del cáncer me llega muy de cerca, ya que un familiar mio lo ha sufrido y superado.

La mañana nace con brio renovado, el olor a café promete un nuevo día, la cara de mi mujer me hace esbozar una leve sonrisa… tanto tiempo y aún sigue igual de preciosa. Inesperadamente un fuerte dolor atenaza mis sentidos, los hunde en la profundidad de una oscuridad sin nombre y me lleva a un estado de incosciencia. Oigo fuerte sirenas, llantos, sollozos, alguien grita mi nombre… no comprendo nada. De cuando en cuando abro los ojos y veo gente de blanco que corre de un lado para otro. Ahora veo lágrimas en los ojos de mi mujer, está apenada pero no comprendo el porqué. Ora vuelvo a caer en el incosciente, ora mis hijos, ora una cara desconocida y ora nada…

Todo pasa muy deprisa… de súbito el sonido continuo y profundo de una máquina que marca los latidos de mi corazón me despierta. Miro a un lado, luego a otro y solo encuentro un cerco de cortinas que me separan del mundo. ¿Qué ha ocurrido?¿Dónde estoy?… No recuerdo nada. Lo último que mi mente era capaz de traerme era el desayuno de la mañana y un fuerte dolor abdominal que no pude soportar… Ahora comprendo… estoy en un hospital.

Los días pasan en la fria habitación de la residencia. Nadie quiere decirme nada, a mi alrededor solo observo miradas compasivas. Algunos comienza a evocar tiempos antiguos, como queriéndose aferrar al pasado y por fin, tras varias semanas de pruebas, llega el día de la consulta.

El doctor mira a mi señora bajo el cristal de sus gafas, su rictus es impenetrable. Posa su mirada en los documentos que porta en la mano y clava sus ojos grises en los mios, parece que me quiere decir algo, pero vuelve a la lectura de sus escritos. Mi mujer rompe en lágrimas y ese preciso momento es el que elige el doctor para hablar:

– …Cáncer… Siento decirle que tiene CÁNCER.

La visión se me nubla, el corazón se detiene, el respirar se hace entrecortado. Un nudo que nace en mi estómago llega hasta mi boca que se seca por momentos. La palabra, esa palabra que no quería escuchar, eso que le pasa a muchos pero que a mí nunca me ocurriría ha llegado… CÁNCER. ¿Hay palabra más dura, hay vocablo más reflexivo y profundo…?

– Es grave, ya lo sabe, pero vamos a hacer todo lo que este en nuestras manos para que salga adelante.

No escucho nada de lo que me está diciendo, me explica el tratamiento, el método a seguir, las posibles complicaciones… Pero todo aquello me suena muy lejano, mis oidos solo me traen una palabra …CÁNCER.


El pelo comienza a caer, las fuerzas me fallan, no tengo apetito, tampoco quiero que nadie este junto a mí… Cuánto tiempo me queda de vida… No lo sé, pero tampoco me importa, solo quiero que todo acabe lo más pronto posible, nada tiene importancia. Los días se convierten en semanas y estos en meses. Han pasado ya tres meses del diagnóstico y aun resuenan los ecos de aquella palabra CANCER.

Un buen día, de mañana, el Sol vuelve a entrar por la ventana, hacía tiempo que no me detenía a observarlo. El olor a café vuelve a cobrar vida en mi apartamento… ¿Podía oler?… llevaba tiempo sin saborearlo.

Mi mujer me mira, ya no hay compasión en su mirada solo amor y me hace esbozar una sonrisa… Sigue preciosa como siempre. Ya no quiero morir, ya no quiero que todo se acabe, ya no temo al CÁNCER, lo único que me importa es estar con quien amo y disfrutar de los pequeños placeres de mi vida, lo demás… Solo es pasajero.

¡¡¡¡¡¡¡ VIVE!!!!!!!

José María Aranda Carmona.

Profesor en Educación y especialista en filosofía. (Ciudad Real. España)
http://arandapolitica.blogspot.com/



¿Qué es la muerte?

“¿Qué sentido tiene escapar de mi destino?  Cuándo se marque el día y la hora de mi tiempo, tendré el último de mis encuentros, Aceptaré con agrado la  presencia de la muerte que me liberará de mi experiencia humana, simplemente humana”.

Socorro Ceja

En la vida del hombre existen procesos que no son muy agradables como la enfermedad , la vejez y la muerte, pero es esta última, la que con más saña hiere el cuerpo y el alma y sume a los implicados en dolor, angustia y sufrimiento.
 ¿Será posible entender el proceso de la vida y de la muerte?  ¿Qué le hace falta al hombre aprender o vivir para dejar su sufrimiento?

El tema de la muerte  a través de la historia ha sido muchas veces cuestionado y discutido, pero pocas veces entendido, hablar de la muerte es tocar el más grande de los temores de la mente humana, “la propia muerte“, que significa solamente el no  aceptar el final de mi YO, y así vivir con  la incertidumbre que reviste dar el último paso.

La muerte y el morir  son hechos naturales que se construyen con los peores vaticinios de miedo, dolor y sufrimiento y son estos sentimientos los que nos alejan de ser conscientes de nuestro proceso vital. Creer o no creer en la trascendencia de nuestro ser más allá de la vida y de la muerte,  es una elección, como lo es crecer en el conocimiento y en la sabiduría, hacer las elecciones adecuadas facilitan nuestro transitar en este valle de prejuicios y pasiones, donde parece que el temor devora las entrañas de sus habitantes, robándoles la oportunidad de disfrutar su breve o larga estancia.
La muerte es la manifestación más clara de nuestra finitud; puede ser la amiga, la madre, la compañera o la enemiga más temida y odiada, pero el papel que tú le asignes no cambiará el final de tu ciclo, tu muerte es un fin físico, ese fin que nos hace apreciar  la vida con todos nuestros sentidos y potencialidades,  el que permite que se renueve y de paso a nueva vida; ser humano es un regalo, ser cadáver también lo es.
Somos la suma de nuestros pensamientos,  de nuestras emociones y de nuestros actos, todos ellos al fin no describen la realidad de nuestro ser, éste que permanece esclavo de un cuerpo limitado por una razón humana  que  niega el sentido último de nuestro origen y nuestro retorno.
“El que muere entra simplemente dentro de nosotros, mientras vivía era algo exterior que obraba sobre nuestros sentidos .La muerte le ha dado, le ha  devuelto, mejor dicho, la identidad espiritual con nuestro yo. Nada pues, nos acerca tanto a los seres como el morir”.

Amado Nervo

¿Por qué tememos a la muerte?
Es el miedo y la angustia  los  peores enemigos del hombre,  lo trastorna, lo limita y le roba todos los afanes que le regala la vida, es por ello que,  el que  tiene miedo a la muerte, muerto se encuentra ya.

La muerte es frescura que renueva cada amanecer,  es nuestra amiga, es la madre que recobra a sus hijos terrenales,  ¿por qué razón temerle, angustiarnos , rechazarla, evitarla?, si la recompensa es la liberación de este cuerpo que limita mi esencia divina…..

“ Debiera representarse a la muerte como una cariñosa madre que adormece a sus hijos”.

Boiste.

Con la muerte todo cobra valor en tiempo y espacio, se transforma  el amor, el dolor, el odio y la pasión en alimentos cotidianos y divertidos;  es así que te invito a disfrutar de esta fiesta que llamamos vida, pero prepara tu equipaje y tenlo listo por si hay que partir,  que la muerte también está  invitada a nuestra celebración y por lo que te entrega ¡merece ser la invitada de honor!

¿Qué valor daríamos a las cosas y a las personas  si fuéramos inmortales?

Vivimos en una sociedad que teme a la enfermedad y la muerte,  evita tener contacto con ella y está dispuesta a pagar por no sufrirla,  se comercializa a través de la ciencia la preservación de la vida aún a costa de toda dignidad humana,  se embellecen y reconstruyen cuerpos con cirugías,  se hacen miles de ventas  de costosas cremas rejuvenecedoras, maquillajes de moda, todo en una infractuosa guerra ante el paso del tiempo.

Ojalá que en vez de maquillarnos por fuera nos maquilláramos el alma, y en vez de vivir para otros, viviéramos en conciencia espiritual del momento, disfrutando de esta maravillosa aventura de existir y de la maravillosa aventura del morir.

 ¿Qué más puedo pedir si lo he tenido todo al alcance de mi mano? Son pocas mis pertenencias  más amadas, ellas irán conmigo hasta el final.

¡Gracias Muerte por existir!

El origen del Sufrimiento

El origen del  Sufrimiento del Hombre:” Los Apegos”

El ¿por qué? del sufrimiento humano nos lleva a  hacer un análisis de  aquellas situaciones cotidianas de queja y lamento,  el Dr.  Horacio Jaramillo Loya  especialista en el tema nos explica que entre las condiciones de sufrimiento [1] más comunes encontraremos que: