¡¡La Navidad para el Doliente!!

Diciembre un mes de festejos, regalos y celebraciones para muchos, donde el amor, la paz, la alegría y estar en familia se hace el sentido de recibir el espíritu navideño. ¿ Pero qué hay de todas aquellas personas que están con una enfermedad grave, aquellos que no tienen familia o que  han perdido un ser querido por diversas circunstancias?

Socialmente se empuja a que los seres humanos sean parte de un grupo de tradiciones,  pero  llegan momentos en que no habrá deseos de festejar o celebrar cuando se siente que lo amado está lejano, ¿cómo se puede ser feliz  si está herido un corazón por una ausencia? ¿Cómo puedo disfrutar de los festejos cuando un miembro de la familia está muriendo?

Lo que más duele…

Cuando tenemos una pérdida simbólica o real,  y llegamos a final de año,  es muy común que los recuerdos nos invadan de forma avasalladora,  duele y enoja ver que mientras a nosotros nos invade la tristeza  por nuestros vacíos y ausencias, otros celebren con tanto afán,  vemos que la vida continua, que la gente se divierte y que no esperarán por ti.

También es frecuente  que nos percibamos  rodeados de gente que nos quiere cuidar pero seguimos sintiendo la soledad y la incomprensión,  esto nos puede provocar algunos sentimientos de culpa por no corresponder a sus expectativas y mucha frustración por ese dolor tan nuestro, silencioso y certero que nos lleva a desear un  espacio para poder ser libre y manifestar nuestra tristeza.

¿Celebrar o No?

Celebrar la Navidad y el Año Nuevo es una elección personal,  que se origina desde nuestro ser, no es un compromiso familiar ni social,  el único compromiso que tenemos cuando se está en duelo  es con nosotros mismo, las tradiciones  y festividades dejan de ser importantes cuando no hay nada que aportan a nuestro crecimiento y persona.

Si es tu deseo no celebrar como antes,  te diré que   tu elección es válida y saludable, no te dejes envolver en lo que los demás esperan de ti, ya que ellos son los que no “quieren” sentir la tristeza por no saber  enfrentar sus propios miedos y heridas.

Creo  profundamente que toda persona tiene  derecho a vivir su dolor de la forma que le parezca, la  familia puede establecer una comunicación que otorgue a cada uno expresar sus deseos y sentimientos, pero sin manipular o condicionar al doliente a que ceda a los que los demás necesitan hacer para sentirse bien, recuerden que  dar  la oportunidad y el  permiso para ser sufriente es decirles también a  nuestro familiar  que les queremos de manera incondicional.

Respetar el proceso del dolor

La época navideña nos dice que es un tiempo para ser feliz,  la presión sociocultural nos empuja a que sea así, sino estarás del otro lado de la línea y por ser diferente te abrumarán queriendo que vuelvas al grupo donde es más fácil convivir contigo.

Cada Persona vivirá el duelo de forma única, es ilógico que sigamos tratándoles en modelos o esquemas de tiempo y salud, creo que si hay alguien que puede enseñarnos más de la vida y del amor es ese dolor que se manifiesta a niveles profundos y que arrebata la alegría de seguir la vida conforme a las expectativas de los otros.

Navidad  para la familia que tiene un miembro con una enfermedad grave

El tiempo presente tiene la maravillosa cualidad de regalarnos el poder  ser y estar con los que amamos, aunque la navidad nos puede recordar tanto el inicio como el final de una etapa, así que interiormente nos puede angustiar el sentimiento de perder lo amado  y darnos cuenta de que  tal vez sea la última vez que podemos estar con ese familiar enfermo y eso nos produzca una gran tristeza.

Pero a pesar de ese dolor, cuando se tiene todavía el don de la vida,  tendremos la ventaja de construir  momentos inolvidables para ellos y para nosotros, donde  se les puede ofrecer respetuosamente un acercamiento físico, emocional y espiritual.

Cada familia tiene su historia, sus creencias y sus valores, les recomiendo reconciliar el pasado en un presente de amor, así se libera  cada uno de los miembros, sean honestos con lo que sienten y más allá de sus propias necesidades piensen en todo lo que les ha enseñado esa persona  que tanto aman y denles gracias por lo recibido,  esto les da mucha paz a nuestros enfermos y se incrementa su energia  para vivir  su  transición espiritual.

Vivir un día a la vez llenos de amor, les guiará a vivir esta etapa con la consciencia de que estar presentes en comunión con el enfermo, es el mejor regalo que les podemos dar en vida.

Una navidad  diferente….

La Navidad es un simbolismo, y no necesariamente amamos más en estas fechas, así que como parte de una develación interior, también las navidades pueden ser tristes y no por ello están alejadas de la espiritualidad y  del amor, al contrario creo que en esa  tristeza hay mucho de sabiduría cuando se hace con la consciencia del amor y el compromiso de  ser  honestos con los  sentimientos más profundos, esto a su vez  les permitirá sentirse en comunión con su ser  .

El  duelo tiene una revelación profunda donde cada persona hará una transformación interior a su ritmo y a su paso,  no es necesario forzar a que salga el sol cuando todavía la sombra de la noche nos rodea, ya que el sol por si mismo tiene la sabiduría para aparecer en el momento oportuno.

Como psicoterapeuta,  sé que sólo la persona tiene el poder para realizar su propio camino de autodescubrimiento y sanación, y que  imponer salud es negarla, pero escuchar el dolor es facilitar presencia y sanación.

Así que hoy les dedico este escrito a todos mis hermanos que están pasando por una pérdida,   manifestándoles que son merecedores del respeto a sus elecciones de dolor y que  les invito a ser amor para Ustedes y para lo amado y en esta condición   vivir como cada uno elija una Navidad doliente.

Les mando un abrazo de corazón a Corazón!!

Su Amiga

Socorro Ceja

La Navidad ante la pérdida de un ser querido.

Enciendo una hermosa vela en mi escritorio para inspirarme y poder transmitir en palabras lo que sólo el corazón sanado es capaz de insuflar en el corazón roto, tras pedirme mi amiga Alma un artículo sobre navidad y duelo.
Ningún duelo tiene comparación, así cómo ninguna Navidad se puede comparar con las pasadas en vida de nuestros ángeles del azul.
Ante la pregunta de, ¿Cómo podemos pasar mejor este duro trance navideño? No hay una sola respuesta, ya que dependiendo del tiempo transcurrido y de la estructura de nuestra psique, hay infinitas formas de expresar y vivir el dolor.
Las emociones, están en la naturaleza humana para llevarnos a la acción. Toda emoción al pasar por nuestras mentes de manera repetitiva, terminan por producirnos los sentimientos y depende las circunstancias positivas o negativas de cómo interpretamos esas emociones, nos producirán más rechazo o aceptación, demostrándonos cuan condicionados vivimos por nuestro aprendizaje cotidiano.
¿Para qué hablar de todo esto? Simple. En el duelo seguimos los patrones que hemos aprendido de nuestros familiares, de la sociedad, de la religión y en última instancia depende de nosotros mismo el transformar todo esto para poder seguir adelante, dejando el sufrimiento innecesario, para renacer a la vida con la fuerza que el recuerdo sano trae al momento presente.
Todos sabemos las fases del duelo, ya sea por búsqueda propia o por guía ajena, pero este orden de sanación, no acelera la sanación de un día para otro, sino que la clarifica y reconduce.
La sanación depende de nuestra propia responsabilidad por salir adelante, por nuestra propia capacidad de fluir en armonía con nuestro ser interno, con la esencia que pone orden en lo físico, mental y espiritual, que cayó en el caos después de la perdida.
La Navidad es un acontecimiento de doble filo, por una parte nos impele hacia el compartir y disfrutar entre los vivos, y por otra, a llorar y a extrañar a los que pasaron a un plano superior.
Dicen que la virtud está en el término medio y así debe ser. Sólo el Amor logra unir ambos extremos. Sólo el Amor logra elevar nuestra tasa vibratoria para comulgar con nuestros seres queridos y sacar fuerzas para que nuestras sonrisas, dejen atrás la culpabilidad que impone el duelo y sirvan para enjugar lágrimas de agradecimiento por el tiempo vivido y el Amor compartido, que ahora se multiplica entre todos los que lo necesitan.
En cada abrazo, en cada mirada llena de amor por el necesitado, en cada suspiro por los que sufren, está la llama de nuestro ser transcendido que nos impulsa a sacar lo mejor de lo recibido en vida, para que su memoria y nuestra conexión espiritual, nos llenen también en Navidad, del mayor lazo que jamás el hombre pudo soñar para transmutar el dolor; el Amor incondicional a la vida y al servicio a los demás, empezando siempre por los más cercanos y llegando allí donde la providencia divina nos guie.
Así es la Navidad, un momento de recordar, de volver a pasar por el corazón nuestro amor por los que nos observan con su más dulce sonrisa detrás del cristal de la copa del brindis eterno. No tengamos reparo en brindar por ellos en Navidad, son parte integrante de nosotros, de toda la familia y aunque como humanos, lágrimas surquen nuestro ser al alzar la copa, veamos con cada lágrima de pureza derramada, un paso adelante en el desahogo del Alma, en la liberación del dolor y en la unión sincera con la esencia que a todos nos une.
La Navidad es el tiempo de celebrar la llegada del Mesías, la llegada de la Luz, el triunfo de la Luz contra la Oscuridad. Cojamos su verdadero sentido místico, para así armonizarnos con la hermosa energía que inunda la tierra, para que nos ayude al nacimiento de nuestra Alma reforzada por vínculos que el tiempo y el espacio nunca separaran.
La oscuridad normal y necesaria de las primeras etapas del duelo, dará paso a la Luz nacida de la transformación voluntaria, de la toma de consciencia individual, del Amor compartido con los demás, que es fiel reflejo del Amor por nuestros seres queridos del Azul.
Todo esto no son meras palabras bonitas, son la experiencia de miles de personas que en Navidad han logrado elevar sus copas hacia lo alto y brindar con todos, todos, los seres amados allí donde estén!!!
Deseo de todo corazón que el espíritu Crístico que inunda la humanidad en estas fechas, os llene de toda la Paz, Armonía y Amor necesarios en el camino de regreso a la Unidad y que la acción que las emociones provocan en nosotros, sean dirigidas hacia la consecución de la Paz del Alma que sana a todo corazón.
Alzo mi copa por todos nosotros, por nuestros seres del azul y por el Amor que nos une a ellos!! Bendiciones mil en estas fechas especiales!!
Vuestro amigo, Guillermo J. Recourt.

Hablemos del Suicidio….


Queridos amigos:

Les invito a escucharnos mañana Viernes en punto de las 7:00 p.m.  en un programa especial de Radio Tecnológico  donde compartiremos desde un abordaje psico-espiritual  el tema del Suicidio.

Una charla de sumo interés para todos,  porque para prevenir el suicidio,  primero debemos estar informados;  segundo debemos perder el miedo a hablar de la muerte y tercero debemos tomar responsabilidad social   para hacer el cambio.

“Porque el suicidio sólo es posible en el silencio….hablemos hoy”

No se lo pierdan!!

Psic. Socorro Ceja

Programa “Vidas Traviesas con Adriana Reyna”

Pueden escuchar y ver el programa on-line  pulsando el siguiente link: Radio Tecnológico